Las vitaminas son micronutrimentos esenciales para nuestro organismo que nos mantienen saludables y ayudan a que nuestro cuerpo pueda llevar a cabo funciones básicas, pero vitales como permitir la transmisión de impulsos nerviosos para que lata nuestro corazón.
Como la palabra “micronutrimento” nos indica, se necesitan en pequeñas cantidades, por lo que llevando una dieta variada y saludable es sencillo cumplir con su requerimiento. Sin embargo, a través de los años han surgido muchos suplementos alimenticios, entre los que destacan las vitaminas aisladas o en multivitamínicos.
Con este surgimiento ha ido instalándose una moda de suplementarse, sin ni siquiera saber si es necesario. A continuación podrás encontrar el por qué puede ser peligroso esto.
¿Los suplementos están al alcance de todos?
En México, los suplementos se encuentran disponibles sin receta médica en farmacias y supermercados, mas esto no significa que todos deberían consumirlos libremente. Estos productos fueron creados para llenar los vacíos en la dieta y las únicas personas calificadas para determinar si necesitamos añadirlas para complementar nuestra alimentación son los médicos y los nutriólogos. Consumir vitaminas sin supervisión profesional puede causar problemas si se tienen ciertas afecciones de salud o si se están tomando ciertos medicamentos, ya que pueden disminuir su efecto. Esto aplica también para cualquier otro suplemento, por lo que debemos ser cautelosos siempre que queramos consumir algo nuevo.
¿Quién sí debería consumir suplementos?
Existen grupos de población que tienen requerimientos distintos a los de una persona promedio. Este es el caso de las mujeres embarazadas, las mujeres que están lactando, los atletas de alto rendimiento y los adultos mayores, solo por mencionar algunos. El metabolismo en estos casos funciona distinto, por lo que la alimentación debe ajustarse para cubrir esas demandas adicionales y evitar que haya carencias. También aquellos que tienen ciertas alergias o restricciones alimentarias, como los veganos, deben agregar ciertas vitaminas o minerales a su alimentación para mantenerse lo más saludable posible.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de un exceso de vitaminas?
Muchas veces los suplementos aportan una cantidad excesiva de micronutrimentos en relación con la Ingesta Diaria Recomendada (IDR), ya que no toman en cuenta las cantidades que obtenemos a través de la alimentación. Esto termina siendo totalmente innecesario, ya que ingerir más cantidad de la necesaria no es sinónimo de mayor beneficio para la salud. Hablando objetivamente, en el caso de muchas vitaminas es difícil que suceda algo grave por este exceso, ya que se eliminan a través de la orina, por lo que el área más perjudicada será la financiera, ya que estaremos gastando en algo que no nos brinda ningún tipo de ayuda.
Por otra parte, existen ciertas vitaminas cuyo exceso puede causar toxicidad, por lo que se tiene que tener especial cuidado con su suplementación. Este es el caso específico de las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), que se almacenan en el hígado y en los tejidos grasos. Es poco frecuente, aunque no imposible, que ocurra una intoxicación por un exceso de vitamina E y K, sin embargo, este no es el caso de las vitaminas A y D. El exceso de vitamina A puede ocurrir por formulaciones de algunos medicamentos utilizados para tratar el acné grave y la psoriasis, enfermedad de la piel que causa manchas rojas y escamosas en rodillas, codos, tronco y cuero cabelludo.
El diagnóstico de este exceso suele realizarse por los síntomas que son pérdida del cabello, labios agrietados, piel seca, huesos débiles, dolores de cabeza y aumento de las concentraciones de calcio. Sin embargo, es importante confirmar con un análisis que determine las concentraciones de esta vitamina en sangre. Si el consumo de estas cantidades excesivas no se detiene puede llegar a causar daño hepático a largo plazo y, en el caso de las mujeres embarazadas, puede producir defectos congénitos en los fetos. Por otra parte, el consumo de vitamina D está muy de moda en estos momentos debido a la situación de COVID-19 que estamos viviendo.
Esta vitamina se ha postulado como un tratamiento para el COVID ya que algunos estudios han reportado que la suplementación con vitamina D3 puede disminuir el riesgo de infecciones del aparato respiratorio, incluidas las virales. Sin embargo, al igual que con muchos otros suplementos y medicamentos, no existe evidencia contundente para recomendar su suplementación a toda la población en general, y el daño que podría estar ocasionando su exceso es mucho más grande que su beneficio.
Consumir diariamente dosis muy altas de vitamina D puede causar toxicidad y concentraciones altas de calcio en la sangre después de varios meses. Esto no es algo positivo ya que el exceso de calcio se deposita por todo el organismo, sobre todo en los riñones, pulmones, vasos sanguíneos y corazón. En el caso de los riñones, estos pueden sufrir lesiones y pérdida funcional irreversibles, evolucionando a insuficiencia renal. Algunos síntomas de exceso de esta vitamina son pérdida de apetito, náuseas, vómitos, debilidad y nerviosismo. Para diagnosticarlo se pueden medir en sangre tanto la concentración de esta vitamina como la de calcio.
En conclusión, auto recetarse vitaminas, o cualquier otro suplemento, sin supervisión o consejo profesional puede traernos consecuencias graves a largo plazo. El hecho de que los suplementos puedan adquirirse sin receta médica en casi cualquier lugar, no significa que tengamos que consumirlos o que nos vayan a dar un beneficio. En la mayoría de los casos las megadosis de vitaminas solamente terminan siendo un desperdicio de dinero, pero en algunos otros pueden llegar a ocasionar toxicidad y daños irreversibles, como es el caso de la vitamina A y D. No está mal querer mantenernos saludables, pero es imprescindible estar guiados por aquellos que pueden determinar objetivamente si lo necesitamos o no.
LN ED Angélica Macías Guzmán
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